Mis problemas de salud y como los he mejorado o solucionado

Nota
Aquí describo varios problemas de salud que he padecido y como los he podido solucionar, añadiendo también como el sistema de salud convencional me ha intentando ayudar sin éxito.

Última edición: 08/05/2018
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Mi historia de problemas de salud ya empieza desde muy temprana edad. Al año de nacido ya sufría de graves sangrados por la nariz. Mi madre lo describe que era como si una fuente de sangre brotara de mi nariz.

Medicina convencional: Las cauterizaciones de las  con ácidocauterizaba las venas en mi nariz con un ácido. Esto además de ser doloroso e incómodo, no solucionaba el problema. A los pocos días el problema volvía a surgir y hasta me daba la impresión de que era más grave.

Solución: Dejar de consumir todo aquello que contenga gluten.

A los 28 años, desesperado con mi situación de salud precaria, me aventuré a seguir el consejo de Sócrates (tu alimentos es tu medicina y tu medicina es tu alimento). Justo me había instalado en mi nuevo habitáculo, lo que antes el laboratorio fotográfico de mi padre y donde empecé a tomar las riendas de mi salud a través de la cocina.

Agotamiento físico y mental, falta de concentración, falta de atenciónfalta de ánimo, apatía y rabia.

Siempre sentía como si me rondara una nube espesa en mi cabeza, nube que no me dejaba pensar con claridad. Todo se me hacía difícil, cuesta arriba. Me impedía ser feliz. En vez de tener los sentidos y los pensamientos claros y nítidos, los tenía con ruido, mucho ruido.

Para ponerlo como ejemplo, se puede comprar como si una tele. Una tele donde la la antena no está bien puesta y no recibe la señal correctamente. En vez de una imagen nítida se genera ruido y la imagen se distorsiona.

Muchas veces también sentía mi sistema nervioso bajo tensión, como si estuviese unos cuantos puntos demasiado sensible e irritable. Era difícil calmar ese estado de hipersensibilidad. Así mis niveles de estrés eran irracionalmente altos. Me sentía impotente ante este estado y, así también, ante muchas situaciones en mi vida, que simplemente me arrollaban.

Medicina convencional: Pues claro, a una persona baja de ánimo y con problemas de concentración se le diagnóstica depresión. Y para la depresión se recetan antidepresivos, más algunas sesiones con el psicólogo. Los medicamentos me agravaron los síntomas, añadiedo a mi malestar el tener pensamientos suicidas y ataques de rabia (por la impotencia que sentía en mi situación y no ver ni encontrar salida).

En la medicina convencional buscan el origen del estado anímico deprimido, casi siempre solo intentan parchear con medicamentos para subir los niveles de serotonina. Finalmente también me diagnosticaron deficiencia de vitamina B12 y, consecuentemente, de hierro. (La vitamina B12 juega un papel importante en la creación de los glóbulos rojos).

Solución: La dieta cetogénica, y más específicamente la dieta carnívora, es la que mejores resultados me ha dado hasta el momento. La llevo practicando y mejorando desde Agosto de 2018. Después de tan solo 2 semanas ya noté los cambios positivos, el sistema nervioso se estaba calmando y sentía la mente más despejada. Mi estado de ánimo mejoró muchísimo. Y desde entonces no he parado de mejorar. Mi estado de ánimo es positivo y estable, me despierto con energía. Físicamente y mentalmente me encuentro genial, y va mejorando día a día.[/vc_column_text][vc_separator border_width=”3″ el_width=”80″][vc_column_text]También acarreaba algunos problemas con la piel. Las manos agrietadas y en los dedos me salían burbujitas con líquido transparente que picaban y ardían muchísmo. Esto me empezó alrededor de los 10 años. También me daba psoriasis localizada en el pliege de la rodilla. De niño me habían salido  Los oidos me picaban y se producían infecciones, llegando a otitis varias veces. También las infecciones por hongos eran usuales. Además se me secaban las comisuras de los labios, muchas veces haciéndose herida. Y por último añado las molestas y pesado picor en el lugar más incómodo e inconveniente, si la salida de nuestros procesos digestivos, que se diagnosticaron como hemorroides.

Medicina convencional: cremas y más cremas, cremas y pomadas. Alguna vez algun medicamento, que no servía de nada. Y ante la consulta de “no será alguna cosa que este comiendo” la respuesta casi siempre era “no mi niño, eso no puede ser, si no saldría en los tests de alérgias”.

Solución: Tuve buenos resultados con los cambios de dieta. Probé con la dieta vegetariana y luego con la vegana. Solo que los síntomas volvían a las pocas semanas.

Lo que mejor me ha funcionado por ahora es la dieta cetogénica, y más concretamente, la dieta carnivora. Todos los síntomas han mejorada inmensamente, algunos hasta han desparecido. Las zonas que aún se están sanando las cuido aplicando aceite de coco, un excelente protector de la piel y sin químicos añadidos.

Todos me dicen que tengo la piel más suave y de aspecto sano, como nunca antes la he tenido. Desde muy jóven, si mal no recuerdo desde los 8 años, también empezaron los dolores de espalda. Sobre todo en la parte lumbar. A veces, con un mal gesto, me producía un dolor tan fuerte que no me dejaba respirar. A esto hay que añadir dolores articulares, sobre todo en las rodillas.

La medicina convencional: Los médicos diagnosticaron de que se debía a falta de movimiento y malas posturas. De tantas horas sentado en la escuela o en la escuela. Me indicaron que debería hacer algunos ejercicios, que la verdad, poco ayudaron.

El yoga: Practicar yoga me hizo sufrir mucho, pero también me aliviaba muchísimo los dolores de espalda. Y poco a poco fui mejorando mi flexibilidad y aprendiendo a soportar el dolor.

Masajes y ajustes quiroprácticos: Ayudaban a aliviar el dolor, pero solo por unos pocos días. Después de eso volvía a empeorar hasta quedar con el mismo problema pero con menos dinero en el bolsillo. Por lo menos me recordaban el como se debía sentir la espalda en su estado “normal”, sin dolor y con su rango normal de movimiento. También me recomendaron movimientos y natación, para mantener el tono muscular.

Solución: De nuevo, los mejores resultados los he tenido con la dieta cetogénica. Con ello todo mi cuerpo está más relajado y los dolores van desapareciendo. Mi flexibilidad también mejora día a día, con mínimo esfuerzo y poco sufrimiento (nada en comparación a cuando iba a clase de yoga).

Con algunos ejercicios básicos diarios, a los que no dedica más que 5 minutos al día, para mantener la columna en su sitio y una tanda de ejercicios semanales para mejorar mantener mi tono muscular es suficiente para mí. Eventualmente también hago caminatas o salgo a correr un rato, pero no llega a 1 o 2 veces al mes.

Con esto mi forma física ha mejorado inmensamente, me puedo mover libremente, sin dolores ni molestias.